Primeros copos

No tardamos apenas nada en asomarnos por la ventana, estaba nevando. Los ojos de los que nunca vieron caer la nieve se encendieron de júbilo, y con impaciencia, bajaron las escaleras para sentir los copos en sus manos.

Algodones del cielo parecían, mientras un servidor, contemplaba desde lo más alto de la Cartuja el espectáculo de la naturaleza, y como poco a poco, Granada congelaba el tiempo y hacía sentirnos minúsculos pero radiantes ante tal esplendor.

Satisfacción, satisfacción sería la palabra precisa para describir lo que sentía. Satisfacción por ver a la gente disfrutando dejando sus preocupaciones atrás, satisfacción porque me hizo recordar lo maravillosa que puede ser la vida, satisfacción por que me hizo vivir intensamente ese momento... Pero no podemos olvidar, que la nieve, sólo la siente, el que está arriba.