miércoles, 2 de junio de 2010

Llaves, cerraduras y otros temas

Tiempo, sólo somos tiempo; circunstancias sólo somos circunstancias; vida, pasión, locura, amor, siguen siendo sólo vida, pasión, locura, amor...Yo, tú, nosotros, siguen siendo sólo eso; el todo y la nada, la oposición y la razón, simplemente somos lo que nunca fuimos, pero siendo lo que aun queremos ser por siempre.
Pero aunque los rayos caigan ante nuestros pies, todo es producto de la creación (si alguna vez hubo tal creación) y dar un paso más allá de cualquier verdad oculta, resulta un arpegio del destino que nos guiará a horizontes no señalados. Pero el devenir nunca invento la cerradura, fue el hombre el que quiso separar el ganado del agua, el que quiso separar lo tuyo de lo mio, fue la vanidad del hombre la razón de todo. Cuando el hombre creó, el primer candado, también creó a su compañera, la primera llave. ¿Cuántas tienes en tu llavero?
Llaves, todo son llaves ahora, llaves que abren puertas para que corra el agua, para que corra la vida, llaves que saben cerrar los cofres de los tesoros de los bandidos, llaves maestras que abren todos, llaves que nunca encajaron, llaves defectuosas, llaves de colores y con una goma que la personaliza...¡Cuántas laves hay!¡Todo son llaves! Y aun así creemos que tenemos libertad, que ilusos somos al pensar que las nubes son libres, incluso en el cielo hay y candados. Pero aun así, en nuestra propia concepción de ser humanos, somos nosotros mismo llave y candado, ya lo tenemos asumido. Tenemos las llaves para abrir cualquier conocimiento, nuevos horizontes, tenemos la llave que cierra el infierno, el mal que reside dentro de nuestros corazones manipulados, pero también tenemos una cerradura, abriéndose o cerrándose según la gente y circunstancias con la que tratemos.
Y estas y más son las llaves, pero las únicas que deben existir, son las llaves de la vida, de lo natural, las llaves que separa el desarrollo del universo, ¡Esas son las llaves que deben existir! No las llaves de lo material, que son la base de nuestras disputas, que llegue el agua a todos los rincones, que llegue la vida de la que nos dotaron, no pongas mas cerraduras en tu destino, busca la llave que abre tu sensatez.

Cuando se oxida la cerradura,
huyes, el viento no sopla,
pero que la llave cuelgue de la locura,
a mi soledad y ano le importa.


Los Pedroches Información, 2008

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