lunes, 4 de febrero de 2013

La dificultad de un crear un libro.

Todo escritor tiene como sueño escribir un libro, pero quizás no son conscientes que para escribir un libro hace falta más que un buen estilo, paciencia y algo que contar, sin obviar claro está toda esa parte de la dichosa financiación. No es todo tan sencillo como parece, ni mucho menos es lo primero. Las condiciones materiales, con toda su dificulta técnica que es inimaginable, son desde luego predecesoras a cualquier mancha de tinta. No pretendo hacer una ontología de la escritura, pero sí una revalorización de lo fundamental en un libro, que no es otra cosa que el mismo libro.

Un folio en blanco es una ventana a infinitos mundos posibles, pero la misma posibilidad de ese marco está en este. He tenido la oportunidad de poder ver las entrañas de un punto clave a la hora de crear un libro, y desde luego, mi fascinación por aquella orquesta disonante de autómatas  que trabajan a diferentes temperaturas pero a celeridades increíbles me han llevado a abordar esta reflexión. El punto que me estoy refiriendo es la fabricación de papel estucado

  Frente a aquella osadía del poeta que intenta escapar de la vida, irremediablemente se encuentra la imposibilidad de lo imposible sin la carga de posibilidad que hay en ella. No es cuestión de reducir lo imposible a lo posible, desde luego que no quiero decir eso, sólo pensar que ciertas fantasías son posible gracias a que existe la cruda realidad. Escribir un libro comienza con la creación de sus páginas. No hay pensamientos en el cielo volando sin cuerpos igual que no hay palabras entrelazadas por espacios cósmicos que se entrelazan en una espiral de subjetividad sin algo que los una a este mundo. 

Los idealismos son productos de una falsa percepción del mundo, lo material es un a priori frente a lo ideal. Escritor cuida tu cuerpo si quieres tener un pensamiento cuidado. Valora el mundo en el que vives, para poder viajar al más dispar y lejano de todos. Escribir un libro puede ser difícil, pero es imposible si el mundo no existe. Deja volar tu imaginación, pero no intentes negar el cuerpo desde ella, porque no tendrías ni cuerpo ni imaginación, serías sinsentido, y esa imposibilidad sólo tiene sentido desde la posibilidad de tu existencia.    


1 comentario:

  1. Después de leerlo tres veces, ya te he dicho que mi mente está un poco apagada, tengo que contestarte. (Nunca puedo resistirme a los blogs).
    Me quedo con la frase de que un folio en blanco es una ventana a infinitos mundos posibles. No sé si será tuya, pero a mi me hace volar la imaginación, aunque por suerte tengo al material donde plasmarla, aunque sólo sea una pantalla de ordenador ;)
    Y respecto al claro pensamiento materialista que expones aquí no tengo nada que añadir, respecto a eso creo que podemos decir que estamos de acuerdo.
    Y por último decirte que no hay nada mejor que sacar una buena reflexión, sea para compartirla o no, después de una experiencia, en este caso, la fabricación de papel estucado ^^

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