domingo, 10 de noviembre de 2013

Adolfo Sanchez Vázquez y la Filosofía de la Práxis.

Conferencia de Pedro Ribas Ribas: 

Adolfo Sánchez Vázquez.



El marxismo arranca en Europa con la Primera Internacional, pero en España los ideales comunistas no calaron tanto como en otros lugares de Europa, en cambió España sí simpatizo más estrechamente con el anarquismo. Los testimonios de su época juvenil caracterizaba a Sánchez Vázquez como un intelectual que se preocupaba por la teoría con la praxis, en contra de la acción espontánea y sí como una actividad programada. Tuvo una vida conflictiva, simbolizada en su exilio a México por la Guerra Civil. México lo conquistó, tras la experiencia traumática del exilio, con el tiempo vuelve a enraizar su vida en otro lugar.


Su obra principal fue Filosofía de la praxis. Además escribe muchos apuntes biográficos en toda su vida como cronista en la Guerra Civil. Fue un marxista educado en el estalinismo. Su secreto de la energía que desprende su lectura radica en la entrega que muestra por la causa personal del comunismo con el dogma de la propaganda difundida de por medio. Su frescura también nace de una nueva lectura de Marx, propia y con mucha fortaleza. José Luis Abellán en su obra El exilio filosófico en America recoge a la perfección la coyuntura del pensamiento de Sánchez Vázquez.


En su Filosofía de la praxis, propone una acción en el que se supera el idealismo de aquellos que critica las organización existente, como aquellos que justifica la acción sin las teorías. Esta idea es sacada delas Once tesis sobre Feuerbach, en donde en se reivindica el papel del idealismo.


Las circunstancias y el miedo hace cambiar los hombres. Además, la educación tampoco funciona unilateralmente, el educador debe ser educado, el hombre no solo se adapta al miedo sino que lo transforma para que responda a fines humanos. La educación no debe ser una parte de la población que educa a la otra. El hombre trasforma la naturaleza, y el educador debe aprender del educado porque es una criatura activa y no mero recipiente vacío. Por tanto defiende la necesidad pedagógica, de un cambio de circunstancias para que haya un cambio sustancial en la educación. Las claves para el cambio pasan por una transformación social, la praxis es revolución reaccionaria. La interpretación es imprescindible, pero no actuar es dejar las cosas como están, por ello la teoría debe ir acompañado de acción. Considera que la filosofía de Hegel es crepuscular, es una reflexión de lo ya acontecido, mera descripción de cómo funciona la Historia.
El marxismo sacude la problemática del objeto y la función de la filosofía en la sociedad, se trata de transformar sorbe la base de una interpretación, esta no puede ser otra que una científica. El paso de la interpretación a la acción nos entraña a su vez una revolución teórica que debe entrar a estudiar el socialismo. La contraposición de ideología y ciencia recupera el vocabulario de Althusser.



Un sociedad con una estructura social de producción y una forma privada de beneficio es para Sánchez Vázquez una contradicción fundamental de nuestra sociedad. Además otro aspecto fundamental en su reinterpretación de Marx es que rechaza la lucha de clases como determinante unilateral de la historia. El proletariado es el sujeto de la revolución, otra cosa es el partido. En el Manifiesto Comunista se expone que habrá “partidos” (en plural) de obreros, no sólo un único partido obrero monopolizador. En esto la conciencia de clase y el espíritu revolucionario era monopolio de los partidos totalitarios que imponían su interpretación marxista -crítica principal a Stalin, que es a quién se fija y es su mayor influencia pedagógica cuando se acerca al marxismo-, no existe o al menos no debe existir un monopolio de la interpretación.



Otro aspecto fundamental de su obra es una crítica del materialismo dialéctico de cuño soviético. Puede que la reinventara esta idea después de la ruptura de la caída del muro de Berlín. Lo que calló con el muro no fue el marxismo sino el estalinismo. Frente al estalinismo hay que combatir el dogmatismo cuando él quería monopolizar la interpretación única de Marx y por tanto la tradición misma. ¿Se podría hablar de un Vaticano marxista?

Para el exiliado el materialismo dialéctico es un retroceso sobre la crítica de Lennin que se recoge en la obra Sobre el idealismo, en la que se realiza una crítica por la falta de un principio axiológico fundamental, aquí hace una doble distinción de praxis: una negativa que sería una parte burocrática, repetidora y una segunda, ya de orden positivo, una praxis creadora. Una obra de arte es siempre algo nuevo, en el que se desarrolla la propia creación. La esfera del arte y de la praxis, en sentido político, es también creación, construir una sociedad que no existe con el comunismo, tiene mucho de creación artista.

El proletariado es el sujeto de la revolución. La consciencia colectiva de la clase obrera debe ser apoyada por la teoría. Debería de tener conocimientos de Marx. Los obreros, dada su situación precaria lo conoce mejor que los burgueses. La evidencia y el dolor dan la sensación antes que el conocimiento. La consciencia espontánea de Gramsci de que todo el mundo es un filósofo, esta concepción popular de la filosofía es lago diferente. No se puede saber hasta que punto la praxis implica teoría y al revés, y también cómo la praxis individual tiene que ver con al de los demás. Esta praxis rebasa la consciencia ordinaria.

Praxis y filosofía

No solo es una reinterpretación de Marx lo que propone Sánchez Vázquez, en La filosofía de la praxis no sólo encontramos una mera interpretación -aunque la obra de este sea el hilo conductor-, tampoco se trata de quedarse en una interpretación académica de Marx sino presentar que una filosofía nunca se estar conforme con interpretar. El verdadero objetivo de La filosofía de la praxis es verse a ella misma reconocida, y el pleno cumplimiento de la teoría está fuera de ella y mas allá de la teoría. La praxis no es una actividad teórica, la praxis es algo más, no es simple consecuencia de una teoría, se trata de una opción explícita abierta de compromiso con un punto de vista de clases.

La filosofía no es la complemento a otra cosa, no es sólo análisis de lo que sucede, sino que también es un intento de transformar lo que ocurre. Sánchez Vázquez quiere caer en la filosofía como objeto de La filosofía de la praxis, quiere la unión de teoría con la práctica. Esto es lo que ocurrió con la obra de Marx que pasó a ser la guía de acción del corpus de la doctrina convertida en dogma con el estalinismo.
El papel de los sujetos es histórico, si se ve el famoso informe de las reformas sociales de 1884, el socialismo viene por necesidad, como respuesta a unas circunstancias. Si la historia marcha por necesidad, ¿para qué actuar, si no hay necesidad de intervenir en ello? La ciencia entonces consiste en saber que lo que sucede es lo que tiene que suceder, y lo que sucede no dejará nunca de suceder. El conocimiento humano junto a la historia no es una tarea humana, sino que es un destino que se cumple inexorablemente. Bajo esta perspectiva el socialismo viene inexorablemente. El derrumbe del sistema establecido era más un deseo que una posibilidad.

Sánchez Vázquez propone que el socialismo es una alternativa viable pera el capitalismo, esto llega a la conciencia por la historia de la humanidad, no es proceso natural sino una actividad humana. El hombre puede fracasar en su intento de llegar al socialismo puesto que depende de él y no del rumbo de la historia . El socialismo es un proyecto deseable, valioso, bueno e ideal. Sanchez Vázquez procura un distanciamiento del positivismo y de filosofía antihumanista .Propone una filosofía de corte humanista con el que enlaza perfectamente con la tradición española con figuras como Vives, Gracián o Unamuno. Su filosofía no es una filosofía encerrada en el ámbito académico sino una constante mirada a la ciudadanía.


 Por último, Sánchez Vázquez establece una relación entre la ingenuidad cotidiana y el análisis teórico. No es fácil sacar a la luz la teoría de Marx, por ejemplo cómo explicar el fetichismo de las mercancías. Lo complicado de la consciencia teórica es que tiene parte de forma compartida con la consciencia cotidiana, encontrándonos de pleno con la problemática de las ideologías. El sujeto activo puede avanzar y luchar contra la (des)información a través de la consciencia de clase, que se establece como un filtro que hace sacar a la luz las contradicciones de nuestra sociedad. ¿Qué nombre tiene esta ciudad de los hombres libres? 

Conferencia impartida el viernes 22 de mayo de 2013 en Granada, con motivo de las Jornadas internacionales de Hispanismo Filosófico. Este texto corresponde a las notas tomadas por mi de dichas jornadas. 

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