martes, 29 de abril de 2014

Consideraciones sobre el paro agrario



Un apunte sobre las estrategias a seguir frente al paro agrario reciente. Como bien sabemos el producto número uno de exportación no son ni los lulos ni el café. Frente a esa realidad blanca que mueve medio mundo y cuyos cimientos se encuentran en todos los segmentos de la sociedad colombiana, dominadora sin duda de los feroces desequilibrios que podemos encontrar en la sociedad civil, los campesinos deben replantearse una radicalización de sus estrategias de actuación. 

Si cortasen los puertos, si redujeran a lo mínimo el tráfico marítimo que acaba en los puertos españoles y mexicanos, Wall Street, el FMI, BCE, los parlamentos, petroleras y telecomunicaciones (sin olvidar a Marichalar o Pocholo) se quedarán sin la energía que necesitan para realizar sus labores, ya que el sabroso café arábico colombiano les parecerá insuficiente. El problema de todo esto es que los campesinos colombianos serán los seres más odiados de los tecnócratas mundiales, y desde el interior deberán enfrentarse a la demencia del Gobierno, el Ejército y los Paramilitares. Las contradicciones de nuestros días nos llevan a que las mismas personas que cultivan nuestros alimentos, tengan que luchar para que comamos, mientras otros tantos, esnifan la sangre de los inocentes para llenarse los bolsillos de especulación y la boca de buenas intenciones.

Sin duda Colombia es un país de contradicciones, unas contradicciones impuestas con la violencia más bárbara (o quizás la más humana) por los intereses económicos. Una lástima el callejón sin salida en la que se encuentran los lulos, las yucas o las papayas. La sangre volverá a teñir nuestros alimentos.   

Imagen: http://www.eltiempo.com/colombia/boyaca/IMAGEN/IMAGEN-13012123-2.jpg
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