En jaque perpetuo

-Jaque- dije con una sonrisa entre los dientes, la partida se estaba destacando claramente a mi favor. Mucho tiempo ha pasado desde que comencé a jugar semanalmente con este señor sesudo, que por mucho que merezca mi estrategia, siempre se lleva la medalla de invencible.

-No guardas a tu rey como es debido, sino no tuvieras esos fallos de concentración me ganarías- Siempre me advertía mientras se frotaba la frete. Pero ahora todo está cambiando, ya es hora de quitar un tirano para poner otros en el trono de la victoria, esta partida ya está ganada.

-Sabes que ya te he ganado, asúmelo, mueve de una vez- Dije en tono bravucón.

-Tranquilo, no te emociones, aun no esta todo dicho ¿Cuántas vueltas puede dar el mundo sin que tú seas consciente? En cada momento - Movió el alfil amenazando mi torre y sonrió.

Me paré a pensar si en sus palabras había un doble significado. Si dice que el mundo da vueltas sin yo enterarme de nada, es porque hay algo de lo que no me he percatado. Entonces si me lo ha dicho es porque voy a perder la partida, tengo que encontrar la jugada y anularla. Comencé a pensar en todas las posibilidades lógicas que surgían de mi mente, luego las jugadas incoherentes, no encontraba nada. Había pasado ya demasiado tiempo y no encontraba la solución al enigma, pero me empeñé en resolverlo… Exhausto de buscar moví la pieza que creía más conveniente para defender a mi rey de un singular jaque.

En ese instante empezó a reír y añadió:

-Quizás en otro momento, pero hoy tampoco vas a ser el ganador, ¡Jaque perpetuo!- .

Me sorprendí, tenía la partida ganada y hemos acabado en tablas por un jaque perpetuo. Parece ser que por mucho que el empeño empuje a una montaña, está nos va a resquebrajar.

-Hace falta algo más que orgullo para ganar a tu maestro. Si me hubieras atacado en lugar de defenderte, no tendrías que soportar esto. Nunca dejes que nadie influya en tu idea o te veras contrariado-Dijo de modo apaciguador.

No me importa esta derrota, pero dudar de mí mismo ha sido un grave error. La semana que viene le ganaré. Estoy seguro.

“Para conseguir algo brillante hace falta más ingredientes que el orgullo”