En caballo va el jinete, galopando por la lejanía...Al alba sus corazones se paran uno por voluntad otro de pena; el jinete cae a plomo, saliendo de su alma un alivio que resuena aún en mí. El caballo, con el corazón desterrado, intenta levantarlo, pero es demasiado tarde. Cuando un corazón quiere parar, lo hace para siempre. El caballo intenta galopar, pero no puede, se siente como un potro sin madre. El jinete ahora cabalga junto al viento para siempre.
Demasiadas palabras sobre destinos troncados llevo este año, sólo hace falta que descuelgues el teléfono para que el destino vuelva a ser caprichoso, el tiempo corre y solo, en mi habitación, la fatalidad está jugando con las puertas del destino.
Sólo espero que la próxima puerta que abra no deje un cuerpo bajo tierra, y una familia desconsolada...sólo pido eso.
Para los jinetes que ahora prefieren cabalgar sobre las nubes...
Se de alguien que lo agradecerá...
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