lunes, 7 de febrero de 2011

JOHN LOCKE Y LA CONVENCIONALIDAD

JOHN LOCKE Y LA CONVENCIONALIDAD

El objetivo de este ensayo es analizar e intentar dar una solución al problema de la convencionalidad en Locke, teniendo como referencia su obra Ensayo sobre el entendimiento humano. Antes de explicar las dificultades que plantea la convencionalidad en Locke, voy a exponer los principios básicos teóricos en los que se apoya Locke en toda su teoría sobre el lenguaje, que me servirán como punto de apoyo para explicar de forma más coherente y sencilla el problema de la convencionalidad en Locke.

Locke se sirve principalmente de dos grandes tesis:

  1. La prioridad ontológica del lenguaje sobre el pensamiento. Esto quiere decir que para que haya un lenguaje público debe darse como condición necesaria la existencia de estados mentales poseídos por los usuarios de ese lenguaje privado.

  1. Internismo semántico. El significado de las palabras es interno. El mundo queda fuera del significado. Las palabras no tienen referencia en el mundo.


Un concepto primordial en Locke es Idea. Las Ideas son entidades abstractas subjetivas, las únicas de las que propiamente tenemos conocimiento. Son causadas por el mundo. Representan la realidad que comunicamos y recordamos en mediante signos que inventamos. Locke distingue dos tipos de Ideas:

  1. Ideas simples: Proceden directamente de la experiencia. La mente es pasiva al recibirlas. Un ejemplo de Idea simple son las sensaciones como rojo o cuadrado.

  1. Ideas complejas: Proceden de una construcción de Ideas simples que ya posees. La mente es activa en este proceso. Un ejemplo son las Ideas de sustancia como tigre, oro u hombre.

Además Locke expone que inventamos signos (palabras) que voluntaria y arbitrariamente representan nuestras Ideas. Los signos son necesarios para la comunicar nuestros pensamientos y para recordarnos a nosotros mismos en el futuro nuestros pensamientos. Los signos significan primariamente nuestras Ideas, y secundariamente el mundo exterior. Locke concluye que las palabras primariamente significa nuestras Ideas por dos premisas : (1º) Sólo conocemos nuestras Ideas y (2º) que gracias a nuestras palabras tenemos conocimiento de lo que significan. Por otro lado el lenguaje significa nuestras impresiones acerca del mundo y no el mundo, por esto para Locke, los signos significan secundariamente el mundo, porque es el causante de las impresiones que son a su vez las causantes de las ideas que significan primariamente los signos.

Una vez enunciados los principios básicos necesarios donde se sustenta la teoría de Locke tenemos que delimitar primero qué significa que un lenguaje sea convencional y segundo exponer la teoría de Locke sobre la convencionalidad para acabar con el problema que sugiere la misma.

¿Qué significa que un lenguaje sea convencional?

Significa que los usuarios de una lengua cualquiera utilicen la misma palabra de forma regular con ciertos fines comunes en diferentes situaciones.

Para explicar de forma más clara la teoría de la convencionalidad de Locke y los problemas que suscita me voy a ayudar de un ejemplo. Supongamos el siguiente caso:

Tenemos de partida un primer sujeto que nos servirá como referencia al que llamaremos Homer y además, un objeto del mundo que se presenta ante él al que llamaremos rosquilla. Homer tiene una experiencia directa con la rosquilla, Homer tiene un impresión acerca de la rosquilla que crea una Idea. Esa Idea, con sus características, Homer la relaciona con la palabra “rosquilla”. Para Homer por tanto “rosquilla” significa la Idea que ha producido la experiencia que ha tenido con la rosquilla.

Ahora incluimos a un segundo sujeto en esta situación, al que llamaremos Moe. Moe al igual que Homer tiene una experiencia directa con la rosquilla. Moe tiene una impresión que causa una Idea, esa Idea Moe la relaciona con la palabra “rosquilla”. Para Moe “rosquilla” significa la Idea que ha resultado de la experiencia con la rosquilla.

La convencionalidad requiere de un carácter arbitrario a la hora de relacionar cierta Idea con cierta palabra. Además, para Locke la convencionalidad requiere de cierto carácter público, requiere que los hablantes de una misma lengua tengan la misma relación entre Ideas y palabras. Por tanto en este ejemplo que he mostrado existe convencionalidad si la relación que establece tanto Homer como Moe entre Idea y palabra es la misma.

¿Cuál es el problema?

Si el significado de las palabras representan las Ideas privadas de cada uno, ¿cómo sabemos que a lo que Homer llama “rosquilla” es lo mismo que a lo que Moe llama “rosquilla”?

Para solucionar esto tenemos que asegurar que tanto Homer como Moe refieren a la misma Idea cuando dicen “rosquilla”. Para ello vamos a seguir una serie de pasos desde la base de la situación hasta la cúspide, intentando asegurar sistemáticamente de que existe un igualdad absoluta (requisito fundamental para que el lenguaje sea convencional) entre el proceso que ocurre desde la experiencia ante un objeto, la formación de la idea y la relación que se establece con la palabra, con el objetivo de finalizar con una evaluación de los problemas que suscita algunos pasos.


1º PASO: Demostrar que la rosquilla existe.

Querer demostrar la existencia de la rosquilla equivale a decir querer demostrar la existencia del mundo exterior. Para continuar con esta exposición debemos aceptar la hipótesis metafísica de que existe el mundo exterior, ya que se trata de una hipótesis que escapa mis posibilidades.
Pero podemos negar esta hipótesis: no existe el mundo exterior. Esto implicaría que todo lo ajeno a nuestro sujeto de referencia (Homer) que son la rosquilla y Moe no existiría, por tanto todo sería un producto mental de Homer. Si esto es así, sólo existiría su lenguaje y por tanto no habría convencionalidad.

Entonces puedo afirmar que si aceptamos la hipótesis de que sí existe un mundo exterior estamos aceptando que existe la rosquilla y que existe Moe.


2º PASO: Demostrar que el mecanismo por el cual Homer y Moe conocen la rosquilla es el mismo.

Demostrar que el mecanismo por el cual Homer y Moe conocen la rosquilla es el mismo, equivale a decir que tengo que demostrar que la especia Homo Sapiens comparte un mismo sistema perceptivo. En este caso particular, Homer y Moe tienen una experiencia visual. Por tanto tengo que demostrar que la especie Homo Sapiens tienen el mismo mecanismo visual entre todos ellos, que en este caso equivale a demostrar que compartimos el sentido de la vista.

El sentido de la vista es la capacidad de detectar ondas electromagnéticas dentro del espectro de luz visible, que se delimita entre longitudes de onda desde 400 a 700 nm. Todo ojo humano normal puede ver sólo dentro de ese parámetro. Por tanto compartimos un cierto parámetro.

Al igual que el sentido de la vista, podemos establecer unos parámetros para los otros sentidos como son: gusto, tacto, oído, olfato, termocepción (capacidad de sentir frío o calor), nocicepción (capacidad de sentir dolor), propiocepción (la perfección del conocimiento de nuestro propio cuerpo y la situación de sus partes) y equilibriocepción, que componen nuestro sistema perceptivo. El ser humano como especie comparte un mismo sistema perceptivo.



3ª PASO: Asegurar que el proceso cognitivo es el mismo.

Hasta ahora he intentado demostrar que el mundo exterior existe, por tanto hay una experiencia posible de rosquilla y que la forma de captar dicha experiencia es la misma. Llegado a este punto tengo que demostrar que el mecanismo por el cual la impresión se convierte en idea es el mismo.
En el caso de una percepción visual, ese proceso en los mamíferos se realiza primeramente en el lóbulo occipital, encargado de la interpretación imágenes, de la visión, reconocimiento espacial, discriminación de movimiento y colores. Y segundamente la capacidad de lenguaje se sitúa en el área de Broca y el área de Wernicke que se encarga entre otras cosas del procesamiento y comprensión del lenguaje, así como de la entonación o la formación de palabras.

4º PASO: Conclusión.

Si compartimos un mundo exterior, un modo de conocer ese mundo, un modo de interpretar lo que conocemos de ese mundo, una mismo mecanismo de comunicación, y en un mismo espacio contextual, podemos concluir que la convencionalidad, con los supuestos de Locke, se puede garantizar en un tanto por ciento alto, pero no por completo. No podemos asegurar que existe una convencionalidad completa porque no todos los seres humanos tienen las mismas características. Esto conlleva que aunque las diferencias sean mínimas, la idea a la que refiere la palabra no es la misma. Podemos especificar ciertos ejemplos en los que esto puede ocurrir:

  • Cualquier persona que tenga una deficiencia en algunos de los sentidos, parcial o total. Un ciego no puede tener la mima Idea que Homer de rosquilla, compuesta por los datos que le aporta cada uno de sus sentidos.
  • Cualquier persona que lleve gafas y esa misma persona sin gafas puede tener diferentes ideas hacia una misma experiencia.
  • El contexto y las motivaciones, tanto los prejuicios de cada persona, pueden influenciar de cierta manera en la composición de la idea. Ante una misma experiencia, si se ha tenido diferente educación se pueden relacionar idea y palabra de diferente manera. Lo que para mucha gente de la edad media era brujería, para la gente contemporánea es química.
  • Cualquier lesión en el área de Broca o el área de Wernicke hace que la comunicación sea fallida.
  • No todas las personas sanas y “normales” comparten los mismos atributos perceptivos. En un número significativo de población podemos observar como existen diferencias dentro de los parámetros la ciencia a establecido como norma.

Para Locke la convencionalidad es perfecta, pero no podemos estar seguros de que la relación que uno establezca entre idea y palabra sea la misma. Siempre cabe la posibilidad que haya diferencias mínimas. Pero debemos señalar que las mayores diferencias se establecen en las Ideas Compuestas. Un ejemplo de esto es que existe mayor discrepancias entre una Idea compuesta como puede ser amor que entre una simple como puede ser cuadrado. Mientras más números de Ideas simples formen parte en una Idea compuesta, mayor probabilidad de que haya pequeñas diferencias entre la relación Idea-palabra y mayor será las discrepancias.



La conclusión final que puedo extraer de todo este análisis es que con el sistema epistemológico de Locke no se puede garantizar por completo que las ideas a las que representan los signos son las mismas en unos individuos que en otros. El resultado es que pueden existir problemas de interpretación.



BIBLIOGRAFÍA


  • Locke, J. (1693) Ensayo sobre el entendimiento humano Madrid: Editora Nacional, 1980, Libro III, cc. I-VIII.

  • García-Carpintero, M. (1996) “Lenguaje y pensamiento en Locke” en Las palabras, las ideas y las cosas Barcelona: Ariel, pp. 98-127.

  • Mackie, J.L. (1976) Problemas en torno a Locke México: UNAM, 1988, cc. 1-4

  • Valdés Villanueva, L. (comp.) (2000) La búsqueda del significado Madrid: Tecnos

  • F. Copleston, Historia de la Filosofía VOL 5, Ariel, Barcelona, 5 ed., 1980

  • J. Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, Alianza, Madrid, 6 ed., 1979




2 comentarios:

  1. emmm, escribiste lo de la roskilla antes de que yo presentara mi ensayo???
    ¬¬

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  2. Realmente no sé a que te refieres, pero si me acusas de plagio te informo de dos cosas: primero yo expuse mi ensayo antes que tú con el ejemplo de la rosquilla (hay testigo de ello) y segundo, desconozco totalmente de lo que versa tu ensayo. Por tanto no puedo plagiar lo que desconozco.

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