viernes, 6 de abril de 2012

Derecho ecológico (esencia-existencia)

Toda la doctrina occidental tiene un agujero enorme a la hora de clasificar o jerarquizar los derechos. El ecológico pertenece al último rango, a lo último que hay que tener en cuenta en un conflicto de valores. No hay mayor error que anteponer las condiciones  esenciales (lo que somos, podemos ser, o queramos ser) a las existenciales. ¿Sin existencia somos algo?

 Somos existencia, y la manera más primitiva con la que se relaciona  el verbo "to be" (ser/estar) es con "to esse"(existir). Hay que anteponer toda existencia a la esencia -esto no tiene quizás por qué ser siempre así, pero si hay que elegir cuál prevalece, es preferible la forma que proponemos-. Si aceptamos que la existencia es lo importante, los derechos ecológicos serían el metaderecho, el derecho que asegura las condiciones naturales para nuestra existencia

Una vez asegurado nuestras condiciones de existencia, entraría el debate de como deberíamos ser, pero el primer paso es asegura que Gaia no arremeta contra nuestros invernaderos y nos deje sin zumo de naranja por las mañanas, dudo mucho que podamos mudarnos tan fácilmente de nuestra nave galáctica, la Tierra.


Nota: Recuerdo que somos ya unos cuantos de miles de personas en el mundo que hay que tener en cuenta, ahí reside la mayor complejidad del asunto.

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