jueves, 21 de febrero de 2013

Dumbo es Marxista

Dumbo fue capaz de volar con sus orejones. Le guardo cierto cariño a esa película, y llevo varias semanas pensando en ella, quizás vuelva a verla pronto. No es cuestión de plumas o de pajarracos negros, es cuestión de analizar tus posibilidades y arriesgar. Dumbo es un revolucionario para nuestros entrañables paquidermos, ojalá sus primos amaestrados de la India aprendieran algo más de él. Estos, cuando son pequeños los atan a un mástil con una cuerda. Su vida es la longitud de la cuerda, su mundo el área que abarque. Cuando crecen  y se hacen fuertes y corpulentos nunca intentan ir más allá de esa cuerda, cuerda que bien podría ser un hilo rojo perdido. Trabajadores elefantinos asumen su mundo cavernoso y nunca se pregunta por lo que son y mucho menos por lo que pueden llegar a ser más allá de sus límites.

Pero Dumbo con aquellas aves negras cantarinas, supo perder el miedo histérico que su comunidad le profesada a los temibles ratoncillos de circo -primer elemento de crítica- y cómo si de un profeta adelantado a su tiempo se tratara, supo que no había cuerda que lo parara, cuerda que nos ahorque a un mundo circense. Una metralleta de cacahuetes no es suficiente para romper cuerdas, los elefantes deben tomar conciencia de paquidermo esclavo y enfrentarse a sus amos de látigo en mano. Un elefante puede destruir la carpa que lo cubre si es consciente de su poderio y quizás incluso volar. ¡Coge tu pluma y vuela como lo hizo Dumbo el marxista! 

1 comentario:

  1. El final de tu entrada me ha recordado muchísimo la dialéctica del amo-esclavo de Hegel. En el en sí para sí, en el que entendemos que nuestra realidad o nuestra conciencia como personas tales depende de la existencia del otro en tanto que actúa por-para-con nosotros.
    No es de extrañar teniendo en cuenta que Marx recogió muchos elementos de Hegel.
    Pero ¿cuál es la cuerda que crees que debemos de ser capaces o ser lo suficientemente valientes de cortar? Porque me temo que nosotros no estamos sólo pillados por un solo hilo, sino que tenemos millones de cuerdas que nos atan a una silla, en la que levantar la mano para preguntar, ya es un acto revolucionario, ya es recortar de alguna manera, un pequeño agujerito en la red que nos oprime.
    Me gustaría ser un paquidermo, poder sacar mis fuerzas y en un simple acto poder notar y sentir la libertad que nos merecemos, y que en mi opinión es nuestra por nuestra naturaleza de seres humanos ¿pero podemos realmente hacerlo?
    Bien podría parecer que el elefante está en la misma situación, porque no sólo tiene que cortar la cuerda, sino llegar con los suyos, tiene que atreverse a saltar.
    ¿Por qué no saltamos con Dumbo? =)

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