miércoles, 5 de febrero de 2014

El proyecto político de Carnap: la socialdemocracia.

Una autobiografía intelectual es una explicación de las motivaciones que te han hecho pensar y actuar como lo hiciste, de esta manera uno puede "justificarse" o al menos poner el foco de atención en lo que uno ha considerado importante. En este sentido, el fragmento que traigo a continuación son las últimas palabras de Rudolf Carnap de su libro Autobiografía Intelectual.  Tradicionalmente se les ha acusado a los miembros del Círculo de Viena ser seres de una pedantería formal inigualable, seres casi máquinas, que lo único que les importaba era la reducción lógica del mundo. Es muy habitual caracterizar al Círculo de Viena como gente despreocupada del mundo de la vida, de las circunstancias de su tiempo. El fragmento que traigo aquí es la voz del que posiblemente haya sido su exponente más influyente en la filosofía contemporánea, que su palabra sea el que decida lo mucho o poco que le importaba todo lo que no fuera el progreso racional del conocimiento. 



"Pienso que prácticamente todos nosotros compartíamos como cosa obvia, que apenas valía la pena discutir, los tres puntos siguientes. 
Primero, que el hombre no tiene protectores o enemigos sobrenaturales y que por tanto todo lo que puede hacerse para mejorar la vida corresponde al hombre mismo. Segundo, la convicción de que la humanidad es capaz de cambiar las condiciones de vida de manera tal que puedan evitarse muchos de los sufrimientos de hoy y que la situación externa e interna d e la vida del individuo, la comunidad y finalmente la humanidad, puede mejorarse sustancialmente. Y tercera, la opinión de que toda acción deliberada presupone conocimiento del mundo, que el método científico es el mejor método de adquirir conocimiento y que por tanto la ciencia debe considerarse como uno de los instrumentos más valiosos para mejorar la vida. En Viena no teníamos nombres para estas opiniones; si buscamos una sucinta designación en la terminología norteamericana para la combinación de estas tres convicciones, la mejor parece ser <<humanismo científico>>. 

Intentaré indicar ahora de manera más concreta, más allá de estos principios generales, las opiniones sobre fines y medios que he mantenido, por lo menos dese mi época en Viena, si no antes, y que sigo manteniendo ahora. Varios de mis amigos del Círculo de Viena probablemente compartieron estas opiniones en sus rasgos esenciales, pero naturalmente, vistas en detalle, había importantes diferencias. 
Estaba y estoy convencido de que los grandes problemas de la organización de la economía y de la organización del mundo en el momento actual, en la era de la industrialización, posiblemente no pueden resolverse mediante la <> sino que requiere de una planificación racional. En lo que se refiere a la economía, ello significa algún modo de socialismo; en cuanto a la organización del mundo, significa un desarrollo gradual hacia un gobierno mundial. Sin embargo, no considero que el socialismo o el gobierno mundial sean fines absolutos, sólo son los medios organizativos con los cuales, según nuestro conocimiento actual, parecen darse las mayores garantías de acceder al fin último. Este fin es una forma de vida en la cual el valor máximo sea el bienestar y el desarrollo del individuo, no el poder del Estado. La eliminación de los obstáculos -las principales causas del sufrimiento, tales como la guerra, la pobreza y las enfermedades- es simplemente el lado negativo de la tarea; el positivo es mejorar y enriquecer la vida de los individuos y sus relaciones con la familia, los amigos, el mundo profesional y la comunidad. 

Enriquecer la vida exige que a cada individuo se le dé la posibilidad de desarrollar sus capacidades potenciales y la oportunidad de participar en las actividades y experiencias culturales. Si consideramos el problema desde esta perspectiva, reconoceremos los peligros que subyacen en el constante aumento del poder del Estado; pero ya que este aumento es necesario porque los Estados nacionales deben fundirse en una unidad más amplia y deben ejecutar muchas funciones de la economía, es de primera importancia no sólo conservar las libertades civiles y las instituciones democráticas, sino también su constante desarrollo y perfeccionamiento. Así pues, uno de los principales problemas, tal vez el más importante y difícil después del terriblemente urgente problema de evitar una guerra atómica, es el de encontrar vías de organización de la sociedad de concilien la libertad personal y cultural del individuo con el desarrollo de una organización eficiente del Estado y de la economía."



Aquí se ve claramente cómo desde posturas ilustradas como la de Carnap, el conocimiento está al servició de un mundo más deseable para todos. Así que las críticas de ser intelectuales alejados de la realidad y de los problemas en juego no son lícitas. Para Carnap, la organización del conocimiento es necesaria es una herramienta para conseguir una mejor sociedad. 


FUENTE: Autobiografía intelecutal; Rudolf Carnap Paidós I.C.E/U.A.B.

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