Según Vitrubio (De
Architectura, Liber primus) las cualidades o virtudes del arquitecto son:
“Et tu literatus sit, peritus graphidos, eruditus geometria,
historias complures nouerit, philosophos diligenter audierit,
musicam scierit, medicinae non sit ignarus, responsa iurisconsultorum
nouerit, astrologiam caelique rationes cognitas habeat.”
Además señala otras virtudes del arquitecto como son la buena salud, y
ciertos conocimiento culinarios para afrontar su jornada frente al edificio en construcción con la energía adecuada, tanto bajo un sol abrasador, como en la tempestades del
cielo.
Un estudiante de
arquitectura, en la actualidad, es de cierta forma un “ingeniero del almacenamiento
humano”, ya nada tiene sentido en mundo de ídolos efímeros
adaptados a tu bolsillo. Eso no es lo que quise. El inventar/crear una
estructura como reflejo de la vida sí. En cierta forma aquella meta
de ser arquitecto en mi niñez nunca se hubiera cumplido por mucho
título en arquitectura que poseyera, desde luego con sólo un papel nada logras.
La vida, inconscientemente, me ha hecho más arquitecto de lo que creía, de cierta forma, soy más autentico y fiel a lo que quería de lo que imaginaba. Siempre he sido un arquitecto y siempre lo seré; un arquitecto de ideas.
La vida, inconscientemente, me ha hecho más arquitecto de lo que creía, de cierta forma, soy más autentico y fiel a lo que quería de lo que imaginaba. Siempre he sido un arquitecto y siempre lo seré; un arquitecto de ideas.
Fuente:
Diccionario de las artes. Félix de Azúa.
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