Hoy ha vuelto a ocurrir. Regresaba a casa a paso aligerado, como siempre que vuelvo solo, y me crucé con la misma persona. Realmente no sé si es exactamente la misma persona, pero en el fondo no tenía diferencia. Un hombre, entrado en años, esquivaba zigzagueante a los peatones con su carro de ruedas recicladas portando chatarra. Vestía traje de chaqueta, y avanzaba sin prejuicios; posiblemente le faltaba todos los que me sobran a mí escribiendo esto, pero ese mono de trabajo es poco habitual.
No más de cinco euros llevaría de marcos metálicos de ventanas, para muchos basura, para él lo justo para llevarse algo caliente a la boca y echar la Primitiva a sus números sagrados. Altivo sin salida, ¿qué habrá pasado para acabar así? ¿Qué está pasando para que siga todo así? Volviendo a ver esa imagen, me ha hecho pensar lo poco que ha cambiado todo, no sé si me alivia o me estremece pero parece que los viejos fantasmas siempre vuelven
Primera vez que hablé de CHATARRA
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